Antes de conocerte el mundo era plano, aunque lo discuta usted señor Galilei. Ya me cansé de besar ranas en vano, mi príncipe azul jamás lo encontré. Y así llegaste tú devolviendome la fe, sin poemas y sin flores, con defectos, con errores pero en pie. Y siento, algo en tí algo entre los dos, que me hace insistir. Cuando miro en tus pupilas se que Dios no dejó de existir, lo haces vivir. La vida es una colección de recuerdos pero nada como tu recuerdo tan bien: desde la redondez de tus labios, al olor de tu pelo, al color de tu piel. No pienses que te iras, ni me voy a resignar. Eres lo mejor que me ha pasado, entre lo mundano y lo sagrado.
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